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Carmín tropical…desde la voz de sus protagonistas

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Xochitl Celaya Enríquez y Miguel Torres Caudillo

Ciudad de México a 22 de mayo de 2017

Ganadora como mejor película del Festival Internacional de Cine de Morelia 2014, reconocida como un filme con perspectiva de género por parte de la Muestra Internacional de Cine con Perspectiva de Género, Carmín Tropical, de Rigoberto Perezcano, ha llevado a la pantalla grande un tema que desde El lugar sin límites de Arturo Ripstein no se había abordado en la cinematografía mexicana: el crimen de odio por homofobia.

José Pecina y Luis Alberti, protagonistas del filme que ha dado la vuelta al mundo, charlan con NotieSe sobre su experiencia artística y personal al involucrarse en el rodaje y su acercamiento al tema de la homofobia.

La película habla sobre crímenes de odio por homofobia, ¿por qué crees que es importante que haya películas de esta naturaleza?

José Pecina: Principalmente, cuando Rigoberto decidió hacer esta película, él ya tenía 10 años haciendo una investigación sobre crímenes de odio por homofobia, sobre todo crímenes en Oaxaca, y más específicamente en Juchitán. Fueron los primeros archivos que yo vi de su investigación una vez que yo estuve en la película y de ahí se empezó a derivar toda la historia. La historia es ficción, pero tiene ciertos toques, sobre todo en el tono, de documental; sin embargo no es un documental.

Carmín tropical es la historia de Mabel. Mabel es el personaje principal, que es el personaje que interpreto. Mabel se va a trabajar Veracruz, ella es de Juchitán, y regresa al descubrir que su mejor amiga Daniela ha sido asesinada. Así que nadie sabe nada, ella regresa para saber que está pasando, se encuentra con algunas pistas, va al lugar en el que la asesinaron (a ella la asesinaron con siete puñaladas en la espalda).

Va con las autoridades, pero no le resuelven nada. Y entonces ella va a buscar por sus propios medios, de cualquier forma, el asesinato de su amiga, que también es muxe. Al final da con el asesino y ya no les cuento el final.

Y justo hay ese contraste en el que hay un crimen de odio por homofobia pero se da en una zona mute que es aceptada ese tipo de prácticas, ¿cómo ves ese tipo de prácticas?

JP: Fíjate que nos preguntábamos constantemente como tiene que ver con lo femenino, en general. No es casualidad que los feminicidios y todo lo que tenga que ver con mujeres sea objeto de agresión. Ahora, las muxes no precisamente son travestis. Las muxes en realidad tiene un rol femenino y no necesariamente tienen que travestirse y ser como mujeres; no físicamente, pero sí en su rol social.

Entonces sí es una gran paradoja que es aceptada por la religión misma. Los muxes son aceptados por la religión católica, tienen hasta su santo que se llama San Vicente. Muxe en realidad es, en zapoteco, mujer, de alguna forma. Ellos se consideran un tercer sexo. No es precisamente homosexualidad, no precisamente es travestismo, no precisamente es transexual, como aquí que tratamos de encasillarlo. Ellos simplemente dicen “pertenecemos a un tercer sexo y nuestra característica es que vivimos como mujeres y dentro de todo eso piden vestirse como mujeres, pueden tener los trabajos que tienen las mujeres, andan con hombres como mujeres”.

Quiero preguntarte sobre un antes y un después tuyo, me imagino que te acercas al tema de lleno, a la parte más triste de la diversidad sexual que es cuando la persona pierde la vida por el hecho de no ser igual a los demás, ¿tú cómo lo enfrentas como actor y como persona cuando te inmiscuyes en el tema al encarnar este tipo de personaje?

JP: Cuando empecé a investigar sobre los muxe, casi todo era sobre fiesta y alegría; cuando Rigoberto me enseñó esta otra parte, pues uno como que no se lo espera. Fue sobre todo entenderlo desde muchos puntos de vista: desde el punto de vista de Rigoberto, desde lo que yo investigaba, desde los feminicidios.

¿Queremos saber cómo trabajas y cuál es el papel que haces?

LA: El acercamiento al asunto de los muxes fue directamente por la película, yo no sabía que existían. O sea, había visto algunas oaxaqueñotas con su mamá pero era así como “¡Mira una vestida de Oaxaca, mira qué padre!” En el momento en que apareció esta película, ya me enteré que eran muxes y cómo funciona toda la tradición, de dónde viene y todo eso.

Pues más bien fue en realidad cosas que leí, cosas que nos mandaron de una muxe activista que hace campañas en todo el mundo. Nos mandaron un par de cosas que ella había escrito sobre cómo es la infancia de un muxe, cómo es la adolescencia de un muxe. Ese fue uno de los materiales más valiosos que tuve de acercamiento a lo que es la vida muxe.

En particular, me pareció revelador el hecho de que en Juchitán valoran la virginidad de la mujer. Entonces los chavitos de Juchitán cuando le quieren poner no lo hacen con una chavita, le ponen con un muxe y es igual, tiene el mismo valor. Hay una concepción en ellos que eso no me hace gay ni me hace bisexual ni me hace nada; al contrario, soy más macho porque cojo con más variedad de especies. Tienen un machismo que incluye eso.

Esa es una de las cosas que me parecen más interesante de ese contexto: la forma en la que viven la sexualidad, cómo la asumen ya desde su cultura y ésta está determinada como en todas las culturas por su lenguaje. En el zapoteco, ellos no tienen el ni la, sólo tienen ti, que es unisex.

Un muxe no es una vestida, no es un gay. Los muxes discriminan a los gays.

¿Por qué?

LA: ¡Porque son putos! Porque son hombres, porque cómo es posible que dos hombres anden. Es decir, la misma razón por la que cualquiera discrimina a un homosexual es la misma por la que un muxe discrimina a un homosexual. No es la misma forma de discriminación, digamos, tiene otra cualidad porque hay que sí comparten, pero sigue siendo discriminación.

Los muxes no son santos, simplemente son un fenómeno cultural que se da en ese lugar con respecto a la sexualidad y que surgió de una tradición prehispánica, así que tienen un rol social y un rol familiar muy importante: ellos se quedan a cuidar a los padres en la vejez, ellos apoyan moral y económicamente a toda la familia. Entonces tienen mucho valor, son muy respetados de cierta forma, son muy amados porque son sus familiares, es el primo, es el hermano. Y sin embargo los matan.

Esa dualidad moral, esa dualidad de criterio, es algo que caracteriza mucho a México; es decir los dobles fondos, las dobles formas. Desde mi punto de vista tiene algo que ver con la estructura matriarcal. Es directamente proporcional el nivel de matriarcado que existe en una sociedad a su nivel de machismo. Y en ese sentido, Juchitán es uno de los lugares más representativos de la cultura mexicana.

¿Cómo es tu personaje?

LA: Es un personaje bastante bastante complejo. Es un personaje con el que Rigoberto y yo buscamos plantear un diálogo con el otro; no con el muxe, no con el homosexual, no con la comunidad, porque para eso está Mabel (la protagonista). Es el otro que lo está viendo desde afuera, el otro que lo comprende o no, lo apoya o no; tiene que ver con esa otra figura.

Ese personaje está ahí, viendo al muxe desde afuera y reaccionando a eso, como podría reaccionar prácticamente cualquiera cuando algo amenaza de algún modo tu sobrevivencia, tus estructuras, hay una reacción.

Efectivamente, las película se trata de eso: crímenes por discriminación y por odio. Decimos mucho que el mata putos o el homofóbico es así porque es gay, pero no necesariamente, tiene que ver con muchas cosas, así que planteamos muchas posibilidades. Y en ese sentido Rigoberto fue muy generoso conmigo y fue muy abierto para escuchar propuestas e ideas. Al final quedó un personaje muy bien planteado, un personaje polifacético que tiene muchas capas visibles.

¿En qué género ponen este filme?

LA: Es un thriller policiaco pero exótico. Rigoberto trató de descontextualizarlo un poco. Vaya, no vemos oaxaqueñas con sus vestidos de flores o cargando cestas. No, él está planteando un México profundo desde la cotidianidad. Sí podemos ver el folclor del lugar, pero entender que el folclor no son flores ni zapateos.

JP: También entender que no todo el tiempo los muxes están vestidos así, con bordados y flores.

LA: El folclor no son los vestidos, son los muxes. El folclor es el tercer sexo. ¡Ese es folclor!

¿Qué dificultades tuvieron durante la filmación de la película?

LA: Fue muy divertido, nos apoyaron mucho. Había un muxe que estaba siempre con nosotros y nos llevaba a todos lados para contarnos sus puterías. Nos platicaba cómo cogía con los soldados. Yo una vez les pregunte: “Oye, qué onda, ¿cogen entre ustedes o cómo le hacen?” Y me responde: “ No, bueno, luego una se pone peda… pero nosotras cogemos con los hombres”. “¿Y quién es hombre?”. “Pues los policías, los taxistas… ”.

JP: Es como un comodín. Tampoco se pueden casar las muxes, pero son las que inician sexualmente a los hombres y están destinadas a estar todo el tiempo con los papás hasta que se mueren. Trabajan para pagar los 15 años de la hermana, la boda, los cumpleaños, los mariachis… ¡todo!

LA: La verdad es que es una tragedia. La palabra muxe en realidad implica una tragedia desde la tradición prehispánica. En realidad, eran como esclavos de la familia. Y sí, en ese sentido tener un muxe en la familia era una bendición, pero antes definitivamente no tenía nada que ver con la homosexualidad. Ser un muxe tenía que ver con el rol social, con esta obligación de apoyar a la madre en la crianza y en las labores del hogar.

JP: Ahí está justo la dificultad. A mí Rigoberto me decía que Mabel era una dama. Entonces en mi mente pensé que me iban a transformar por completo en una mujer y el problema era cómo iba a abordar al personaje. Claro, el guión me ayudó bastante y platicar con Rigoberto. Donde creo que me conecté con el personaje, fue cuando Amaranta Gómez Regalado me llevó un fin de semana a la Casa de la Muxes, en la Séptima Sección. Fui a casa de una de las muxes mayores, cuyo nombre es Pancha, quien es una muxe que no se viste de mujer, a lo mucho se coloca una flor en la cabeza y se dedica a dibujar los trajes. Fue bien interesante, porque en Pancha, sin estar vestida de mujer, había mucho de feminidad en su persona, en su actitud, en cómo dibujaba los trajes. Me di cuenta que no es una vestida, no es hombre que está ahí joteando. Se consideran mujeres en muchos niveles y no necesariamente se tienen que vestir para asumirlo.

¿Cómo te sentiste con la caracterización?

JP: Yo en realidad lo que pensaba era en crear una mujer.

¿Cómo fue su experiencia al ganar en el Festival de Morelia?

LA: Fue emocionante, porque fue la primera vez que vimos la película. Con Carmín Tropical fue la primera vez que yo en verdad experimenté técnicamente trabajar para la cámara con toda la conciencia que eso implica. Ya sabes que el director lleva 11 años trabajando en el guión, entonces ver la película es padrísimo en la premier.

¿Cómo ha sido el recibimiento del público, se les ha acercado algún muxe para platicar de su trabajo?

JP: Sí, una chava en una fiesta me dijo que se sentía muy identificada con el personaje. Ella no era de Oaxaca, era de Durango si recuerdo bien, pero siempre va a las velas cada año. Me decía que a ella le había costado mucho salir del clóset con sus papás porque le gustaba mucho vestirse de mujer.

LA: Una virtud que tiene la película y que a la gente le gusta mucho es que aborda el tema sin ningún pudor, pero con una sutileza preciosa. Lo que más resalto de Rigoberto, lo que más me gusta de él como director, es su buen gusto. Carmín Tropical está muy cuidada ene se sentido. La película está siendo muy bien recibida en las salas por eso mismo. No hay un sólo momento en que se desinfle la película, es un crescendo continuo; y eso tiene que ver con la capacidad narrativa de Rigoberto y su buen gusto.

¿Quisieran compartir algo más?

LA: Que nos sigan en redes sociales; en @CarminTropical, @luigggibert, @RPérezcano; y en el facebook Carmín Tropical. Los tuits y los likes son de mucha ayuda.

Carmín Tropical es una película que tiene que ver con una comunidad de muxes, pero en el fondo es una película hecha para los otros. Es un producto artístico que apela a un sentido social y humano, que tiene que ver con el crecimiento de la conciencia y ponerle nombre a las cosas y hablar de ellas de manera honesta, tomando en cuenta las necesidades de unos como las limitaciones de los otros. En ese sentido, Carmín Tropical es una película bastante justa.

Se proyectará el próximo martes 24 de mayo a las 17 horas como parte del Curso sobre Derechos, Género y Diversidades. Cine y Reflexión, impartido por la organización civil Grupo de Estudios sobre Derechos, Géneros y Diversidades, que tendrá lugar el tercer miércoles de mes durante mayo y diciembre en el Centro Cultural de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, ubicado en Avenida Hidalgo No. 81, a un costado del Metro Hidalgo. Informes e inscripciones en https://www.facebook.com/grupodegedi/ o escribe a cursosytalleres@hacienda.gob.mx  o a degediac@gmail.com Entrada libre. Constancia con 80 % de asistencia.


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